Sin lugar a duda nos encontramos en la ERA DIGITAL y, de manera paralela y relacionada, en la de las TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN (TICS). Esta era comenzó a finales del siglo XX y se ha continuado con la llamada revolución digital, caracterizada por el uso generalizado de ordenadores, teléfonos móviles y por supuesto, internet. El desarrollo y aplicación de estas tecnologías ha cambiado drásticamente la manera de trabajar, consumir y comunicarnos en un breve lapso de tiempo, afectando a todos los ámbitos de la vida: laboral, familiar, interpersonal, ocio, educación y por supuesto, la salud.  La telemedicina nos permite hoy operar a un paciente a través de un robot, no ya sólo a distancia de este, pero dentro de la misma sala, como por ejemplo el famoso “Da Vinci”; sino incluso a miles de kilómetros del propio paciente. Muchos hospitales en España poseen este robot que obedece al cirujano aumentando su capacidad para operar con precisión y destreza, reduciendo el temblor de las manos del cirujano. Paralelamente, en un plano que podría parecer más frívolo, pero que representa las posibilidades de uso de la realidad virtual y la realidad aumentada disponemos de probadores interactivos, aplicaciones que podemos encontrar en las tiendas de moda y que permiten probarte ropa sin tener que quitarte la que llevas.

“No hay discusión acerca de las ventajas del uso de las nuevas tecnologías en el ámbito dental”

-Guillermo Pradíes-

Por supuesto, la Odontología no se ha visto ajena a esta revolución, apareciendo hace unas décadas el término de Odontología digital, con el que no nos referimos a una filosofía de trabajo basada en aplicar recursos digitales al diagnóstico, planificación, diseño y ejecución de los tratamientos odontológicos, tanto en clínica como en el laboratorio dental.  Esta filosofía de trabajo afecta a todas las áreas de la Odontología (ortodoncia, endodoncia, periodoncia, cirugía, prótesis, etc.) y para poder desarrollarla, todo el   equipo tiene que estar implicado, des- de la recepcionista hasta el técnico   de   laboratorio, pasando por las higienistas, auxiliares y por   supuesto el Odontólogo.

El grado de digitalización en protocolos de trabajo completos es todavía bajo en las consultas españolas, pero de una u otra manera incluyen al menos elementos como programas de gestión, radiología digital, fotografía y video digital.

Por otro lado, la utilización de dispositivos con electrónica digital como localizadores de ápices, anestesia controlada por microprocesador, espectrofotómetros para la toma de color, microscopios clínicos, láseres, etc. es hoy una realidad en las consultas. Sin embargo, lo realmente importante en la utilización de dispositivos digitales es su capacidad o posibilidades de integración de la información, para la ejecución de flujos de trabajo. En este apartado, la implantación de los sistemas de escaneado intraoral, softwares de diseño CAD y recursos de fabricación CAM (impresoras 3D o fresadoras) etc. está ganando terreno día a día en las consultas y su crecimiento tanto en las versiones de trabajo di- recto en clínica “chairside” como en el laboratorio “labside” es una necesidad no negociable.

“Una destacada ventaja de la digitalización de la odontología es la disminución del riesgo biológico”

No hay discusión acerca de las ventajas del uso de las nuevas tecnologías en el ámbito dental. Gracias a ellas, nuestros tratamientos son   menos invasivos, más   rápidos, más sencillos, más predecibles, más exactos, menos dolorosos y cómodos para los   pacientes, permiten una mejor comunicación con el paciente y con el laboratorio, permite optimizar los tiempos clínicos y, además, son una gran herramienta de marketing.

A día de hoy, y en relación con la crisis del COVID  19, ha aflorado otra destacada ventaja de la digitalización de la odontología: la disminución del riesgo biológico, tanto para los pacientes como para los técnicos, dentistas y el personal de la consulta dental. No debemos olvidar que en los tiempos que corren, el disminuir los desplazamientos y el contacto con el paciente es sinónimo de disminución de riesgo de contagio y, a pesar de que nuestra profesión es indudablemente intervencionista y la atención presencial no es reemplazable, la tecnología de la que disponemos actualmente nos permite disminuir como acabamos de señalar el tiempo de sillón, el número de visitas e incluso el contacto físico con el paciente. Además, tenemos la posibilidad, no sólo de atender ciertas urgencias por video- conferencias, sino también de presentar planes de trata- miento con todo tipo de detalle y simulaciones, hace que esta tecnología sea más segura y cómoda para todos, ahorrándonos tiempos y desplazamientos innecesarios.

Por lo tanto, el término Odontología Digital, se ha unido, especialmente en  los   tiempos  que  vivimos, al   de Odontología Virtual, en la que el uso de la tecnología hace nuestros procedimientos más seguros, confortables y eficaces.

Una simple aplicación del móvil puede facilitarnos información vital del paciente sobre su estado de salud dental actual, la evolución de un tratamiento protésico u ortodóntico que le estemos realizando, etc.

Para ello, no olvidemos otros conceptos íntimamente ligados a lo ya expuesto: big data, inteligencia artificial e internet de las   cosas, son las  palabras clave para los próximos años. Las grandes empresas dedicadas a la Ortodoncia con alineadores, YA nos lo han demostrado y nos han conectado, además, con la tele Odontología.

Atrás ha quedado ya el pensar si nos compramos o no un escáner intraoral, eso ya no tiene ninguna duda.  ES DOTACIÓN BÁSICA DE LA CONSULTA.  Empieza por ahí, si no lo tienes, adquiere uno. Asume su curva de aprendizaje, re- cuerda que es sólo un elemento más, pero esencial, del flu- jo digital en la consulta Odontológica. A partir de ahí, crece e integra el resto de los elementos.

“Bienvenido a la Odontología digital, bienvenido a la Odontología de hoy. No hay excusa y menos, tras los últimos acontecimientos…”

Fuente: Henry-Schein-Magazine