Nuestra Responsabilidad vale mas que un porcentaje

Nov 07 de 2012
Nuestra Responsabilidad vale mas que un porcentaje

EFECTO DE LA PEROXIDASA SOBRE LA ADHESIÓN

Fácilmente, sólo se requiere un correcto, ético y transparente ejercicio de la odontología, y de unas buenas relaciones con sus pacientes, auxiliares y colaboradores, para lo cual el odontólogo dispone de condiciones y calidades personales y profesionales.

La práctica profesional significa una amable y respetuosa atención a sus pacientes, el cumplimiento del horario asignado a las citas, la magnífica e impecable higiene y presentación del consultorio, la pulcra prestación de sus servicios clínicos, los excelentes resultados de los tratamientos realizados, el cobro de unos honorarios justos y adecuados, y el cumplimiento de lo ofrecido en el plan de tratamiento. Si así se hace, ese comportamiento es una garantía y defensa que tiene el odontólogo para evitar que en su paciente se generen molestias, quejas o resentimientos, que lo predispongan a presentar demandas o quejas ante un Tribunal de Ética Odontológica, Secretaría de Salud, Superintendencia de Salud, Fiscalía,  Juzgado o Defensoría del Pueblo. .

Cuando hay una magnífica relación con los pacientes, en éstos se genera aprecio,  afecto, confianza  y respeto por su odontólogo. Esto permite que las actividades clínicas se ejecuten en un clima de tranquilidad y seguridad,  lo cual permite que todo lo realizado quede bien hecho. En el supuesto caso de una equivocación o de la presentación de un problema no previsto, el paciente comprenderá y aceptará las explicaciones, justificadas y veraces, que le haga el odontólogo. Si no hay buenas relaciones con su paciente, éste, ante una dificultad, por leve que sea, queda predispuesto para quejarse o demandar.

La verdad, honestidad y honradez del odontólogo, son una garantía o defensa que tiene para evitarse problemas legales,  jurídicos o disciplinarios. La mentira  es una falta que los pacientes no aceptan, le producen un inmenso malestar y  los induce a quejarse y demandar al odontólogo, con indicaciones y recomendaciones de que éste sea castigado con las máximas penas, pues están resentidos y adoloridos por el engaño de que ha sido víctima. Un ejemplo: si se dice a los pacientes que se es especialista, esto debe ser respaldado por un título expedido por una universidad. Los diplomados y cursos de educación continua no autorizan para autocalificarse de especialista. Un principio o criterio que evita problemas con los pacientes y la ley, es no hacer tratamientos para los cuales no se está preparado académicamente y autorizado legalmente para hacerlo.

El cumplimiento de todas las leyes, decretos, resoluciones, reglamentos y normas establecidas para el ejercicio de la odontología y el funcionamiento de los consultorios o clínicas odontológicas, son una salvaguarda contra las quejas y demandas de los pacientes, como también por parte de las entidades oficiales encargadas de su cumplimiento.

 

Benjamín Herazo Acuña.

Magistrado Presidente TNEO.

beherazo@gmail.com

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