Un tercio de la población adulta padece o ha padecido halitosis

Nov 17 de 2019 0

Un tercio de la población adulta padece o ha padecido halitosis

¿Qué es la halitosis? El mal olor bucal, también llamado mal aliento o halitosis, se define como el conjunto de olores desagradables u ofensivos que emanan de la cavidad bucal independientemente de cuál sea su origen. Es un problema que puede padecer prácticamente cualquier persona, y de hecho alrededor de un 30% de la población adulta padece o ha padecido halitosis en alguna ocasión.

Según el informe de divulgación científica “Cuida tus encías, evita el mal aliento” elaborado por la Fundación Española de Periodoncia e Implantes Dentales (SEPA) y realizado por Silvia Roldán y David Herrera, “la halitosis es una condición relativamente frecuente, cuya aparición tiene relevantes consecuencias, no solo por las posibles implicaciones con la salud, sino también por las posibles repercusiones a nivel psicológico, que pueden llegar a afectar a la vida diaria, relaciones sociales, afectivas y profesionales de los individuos que la padecen”.

Tres tipos de halitosis

Hay que distinguir tres tipos de halitosis:

– La halitosis genuina o verdadera, en la que el mal olor está verdaderamente presente y se puede medir y objetivar. A su vez, la halitosis genuina puede clasificarse como halitosis fisiológica o patológica, pudiendo ser esta última de origen oral o extraoral.

– La pseudohalitosis, que es cuando no existe mal olor bucal pero el paciente cree que tiene halitosis.

– La halitofobia, cuando el paciente, después del tratamiento de la halitosis verdadera o de la pseudohalitosis, todavía cree de manera persistente que tiene halitosis.

Tanto la pseudohalitosis como la halitofobia tienen un importante componente psicológico, y la responsabilidad de su tratamiento recaerá en un profesional de la psicología y/o la psiquiatría.

Respecto a la halitosis genuina patológica oral, en aproximadamente un 90% de los casos el origen del mal olor está en la boca, y, de estos, alrededor de un 60% se asocian con algún tipo de patología periodontal (tanto gingivitis como periodontitis). Por su parte, los casos de halitosis patológica extraoral suelen asociarse en su gran mayoría con problemas otorrinolaringológicos, y solamente un mínimo porcentaje de casos con otras patologías sistémicas.

Como se ha mencionado anteriormente, la importancia de la halitosis es destacable, ya que se estima que alrededor de un 30% de la población adulta la padece o la ha padecido en alguna ocasión. De acuerdo con los estudios realizados por diferentes investigadores citados en el informe, no se han descrito diferencias de prevalencia entre hombres y mujeres, aunque éstas demandan más tratamiento, probablemente porque se preocupan más de su salud y su aspecto. Por otra parte, la prevalencia de la halitosis aumenta con la edad, a pesar de que son los individuos jóvenes los que solicitan más tratamiento.

¿Qué causa el mal aliento?

La aparición del mal aliento se debe, principalmente, a la presencia de unos gases denominados compuestos sulfurados volátiles (CSV) en el aire que expelemos a través de la boca. Los tres CSV más importantes son el sulfuro de hidrógeno, el metilmercaptano y el dimetil sulfuro.

Su producción está directamente asociada con el metabolismo proteico de ciertas bacterias -principalmente anaerobias gram-negativas- que tiene lugar en la zona posterior del dorso lingual, aunque también puede producirse en otras localizaciones, como las bolsas y las pseudobolsas periodontales.

Los productos malolientes son el resultado de la fermentación bacteriana de proteínas, péptidos y mucinas encontradas en la saliva, fluido crevicular, neutrófilos lisados, células epiteliales descamadas y cualquier resto alimentario retenido en las superficies orales.

Enfermedades de las encías y halitosis

Alrededor de un 60% de los casos de halitosis tiene su origen en las enfermedades de las encías: gingivitis y periodontitis. En el caso de la gingivitis, existe una relación directa entre el deterioro de la salud gingival y el aumento de la concentración de compuestos sulfurados volátiles (CSV), los gases causantes de la halitosis: a medida que aumenta el grado de inflamación y la cantidad de biofilm acumulado (lo que llamamos placa dental o placa bacteriana), se incrementa la concentración de CSV y, por tanto, los niveles de halitosis.

Respecto a la periodontitis, está demostrado que la concentración de CSV en la cavidad bucal aumenta con la profundidad de sondaje: en los pacientes con una o más bolsas periodontales (> 5 mm) los valores de CSV son un 30% más elevados que en aquellos que no tienen bolsas. Además, la halitosis de pacientes con periodontitis es muy característica al predominar el CSV denominado metilmercaptano, cuya concentración está asociada con el índice de sangrado y con la profundidad de sondaje. Según los estudios existentes, el cubrimiento lingual sería la localización principal de producción de mal olor bucal en el caso de periodontitis inicial o moderada, mientras que esa producción se localizaría en la bolsa periodontal en el caso de periodontitis avanzadas.

Más que un problema meramente cosmético

A pesar de que la halitosis se percibe normalmente como un problema cosmético, existen evidencias claras de que los CSV -aunque sea en pequeñas concentraciones- son altamente tóxicos para los tejidos, y que podrían jugar un papel en el origen y la evolución de enfermedades inflamatorias como sería el caso de la gingivitis o la periodontitis.

En cualquier caso, y como nosotros somos los peores auto evaluadores de nuestro propio aliento (a veces, la autopercepción de mal sabor o de sequedad bucal puede llevar a pensar que hay además mal aliento, cuando realmente puede no ser así), lo mejor es acudir a la consulta de nuestro dentista para que lo evalúe correctamente y, tras el diagnóstico adecuado, defina el tipo de halitosis y el tratamiento más adecuado.

Pero antes de llegar a ello, y aunque no se conocen medidas específicas para la prevención de la halitosis de manera general, sí que las halitosis asociadas a problemas periodontales se podrían evitar con las mismas estrategias preventivas con las que se previenen las enfermedades periodontales. En el caso de la halitosis oral es fundamental mantener la cavidad oral en buen estado de salud, y en especial las encías. Para ello, es necesario seguir diariamente unas medidas de higiene oral adecuadas, no solo con el cepillado dental, sino también con la limpieza interdental (con seda dental o cepillos interdentales) y la higiene de la lengua utilizando raspadores linguales especialmente diseñados para tal fin.

Fuente: globalimplants.es

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