Tecnología mejora la cadena de valor

Ago 29 de 2018 0
Ver más y con mayor nitidez, llegar más lejos con menos incisiones, advertir a tiempo los problemas, esas son algunas de las ventajas con los equipos de última tecnología

La importancia de la inversión en tecnología emergente y de punta está orientada a que una adecuada gestión de esta debe incluir no solo equipamiento sino también la adquisición de nuevas competencias en las personas.

“El aspecto tecnológico, de conocimiento e innovación contribuye en el mejoramiento de la eficiencia y en los procedimientos de diagnóstico y tratamiento, bien sea que esta tecnología permita que los resultados clínicos que se obtienen sean mejores que con tecnologías tradicionales u obsoletas y, en general, poder lograr con una adecuada incorporación de estas herramientas mejores resultados clínicos para los usuarios y pacientes y económicos para la sostenibilidad de los sistemas de salud”, señala Adolfo León Moreno Gallego, director del Cluster Servicios de Medicina y Odontología

A pesar de las dificultades en el flujo de recursos del sistema, que limita en buena medida las capacidades de las instituciones para poder mantener la renovación de tecnológica, estas procuran en medio de sus restricciones mantenerse acorde para lograr resultados y siempre dentro de un marco en el que solo se usan tecnologías de probada evidencia científica.

“Las inversiones en tecnología de parte de las instituciones prestadoras de servicios de salud, sean hospitales o clínicas, son decisiones importantes en las que empresas comercializadoras de dispositivos médicos juegan un papel fundamental. En el sector salud estas ventas son en realidad asesorías especializadas, que incluyen soluciones innovadoras de gestión, infraestructura, educación y financiación, donde el fin último que debe primar es el bienestar del paciente”, explica Juan Sebastián Osorio Valencia, director de Educación en la compañía Bimedco-Gemedco.

La tecnología debe verse como una herramienta y una capacitación adecuada en su uso, junto con unas buenas prácticas en la atención del paciente, se verá reflejado en un servicio de calidad y centrado en la persona. Esto reducirá tiempos de atención, disminuirá los índices de morbilidad y mortalidad, y fidelizará personas y familias hacia las instituciones en salud, lo que seguramente permitirá generar un mayor valor por esa inversión inicial.

Desde que la humanidad entro en la tercera revolución industrial (la era de la automatización), la capacidad que tienen las nuevas tecnologías de resolver los problemas complejos de los ciudadanos se ha visto potenciada. Este crecimiento ha llegado hasta el desarrollo de una nueva revolución, la de la inteligencia artificial, en este contexto es de resaltar que desde que Raymond Damadian, Peter Mansfield y Paul Lauterbur desarrollaron el primer resonador magnético y Godfrey Hounsfield el primer tomógrafo computarizado en los 70, los equipos biomédicos no han dejado de actualizarse aprovechando las bondades de las últimas dos revoluciones tecnológicas.

La apuesta por la innovación

“Invertir en tecnología no solo implica potenciar la atención al paciente que es su objetivo principal, sino que permite a las clínicas apostarle a la investigación como medio de desarrollo de conocimiento para brindar una mejor cobertura a sus pacientes ante nuevos escenarios más complejos”, afirma Sebastián Torres Montoya, ingeniero Biomédico de la Universidad EIA y creador de dispositivos médicos para el Hospital General de Medellín.

Aunque Colombia invierte en promedio el 5% por ciento de su PIB y ha aumentado la cobertura en salud desde 1993, la tasa de servicio especializado apenas asciende al 10.3% según datos del Banco de la República. Por otro lado, solo el 1% de las instituciones prestadoras de servicios salud en el país reportan actividades de ciencia tecnología e innovación según datos del Observatorio Nacional de Ciencia y Tecnología.

“Colombia es un país con enfoque en inversión en alta tecnología, así lo demuestra el último ranking de América economía donde el país tuvo 20 instituciones entre las primeras 50 de Latinoamérica, en esta medición se toma en cuenta los procesos de adquisición y gestión tecnológica”, afirma Torres Montoya.

Lo anterior demuestra que es necesario incrementar la inversión en tecnología de punta para potenciar la atención al paciente, la generación de nuevo conocimiento y el establecimiento de procesos de calidad en la atención a la comunidad.

Fuente: elcolombiano.com

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