Caries de la primera infancia

Dic 10 de 2025 0
Una enfermedad centrada en la familia

Resumen

Sabemos que la ECC (Early Childhood Caries, caries de la primera infancia) tiene una etiología multifactorial, en la que los factores dietarios desempeñan un papel particularmente importante. La primera infancia es un período crítico durante el cual la exposición a diversos alimentos y sabores influye de manera significativa en las preferencias alimentarias y en los comportamientos dietarios futuros. Los patrones dietarios tempranos también pueden influir en la ecología bacteriana, incluyendo la colonización por Streptococcus mutans, cuya presencia es un fuerte predictor de la incidencia futura de caries en niños pequeños.

La exposición temprana a alimentos y bebidas azucaradas puede, por tanto, tener consecuencias importantes, sentando las bases para patrones dietarios futuros cariogénicos o moldeando poblaciones bacterianas acidogénicas en la cavidad oral. La American Heart Association recomienda evitar los azúcares añadidos en alimentos y bebidas para niños menores de dos años. Además, la American Academy of Pediatrics desaconseja introducir jugos de fruta antes de los 12 meses de edad y recomienda limitar su consumo a no más de cuatro veces por semana para los niños de uno a tres años.

La ECC también comparte factores de riesgo comunes con otras enfermedades no transmisibles (ENT), como la enfermedad cardiovascular, la diabetes y la obesidad. Por lo tanto, las estrategias para la prevención de la caries dental deben orientarse no solo a garantizar una higiene bucal adecuada, sino también a promover hábitos dietarios apropiados desde la primera infancia —es decir, limitar la ingesta de bebidas azucaradas (SSBs) y alimentos refinados—.

En este contexto, los padres pueden y deben desempeñar un papel fundamental, proporcionando a sus hijos opciones y comportamientos alimentarios más saludables. Debemos considerar, por ello, que la caries de la primera infancia es una condición cuyos orígenes —y soluciones— se encuentran en el entorno familiar: los niños aprenden hábitos de quienes los cuidan y controlan qué, cuándo y cómo comen.

Cambiar los hábitos dietarios de una familia es sin duda un desafío, pero debemos reconocer que las intervenciones en casos de ECC —especialmente en formas tempranas— requieren necesariamente un enfoque centrado en la familia. Es, por tanto, esencial trabajar en estrecha colaboración con nutricionistas experimentados para recopilar datos sobre los hábitos alimentarios, identificar patrones no saludables y diseñar dietas equilibradas y saludables para toda la familia, apoyando un camino virtuoso hacia la salud integral, no solo oral.

Paglia L. Early Childhood Caries: a Family-Centred Disease. Eur J Paediatr Dent. 2025 Jun 1;26(2):87. doi: 10.23804/ejpd.2025.26.02.01. PMID: 40470895.

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