¿Por qué es necesaria?

Normalmente los dientes se mueven durante toda la vida y si se han corregido con ortodoncia  tendrán la tendencia intrínseca a volver a sus maloclusiones originales, pues los dientes tienen memoria. Sumado a esto, se ha determinado que, en la actualidad un 20% de los tratamientos de ortodoncia son re-tratamientos causados por no haber llevado la retención pertinente. Por ello, su uso se hace imprescindible para evitar que todo el trabajo estético y funcional logrado por el ortodoncista, se pierda.

¿Cuáles son las opciones que tengo disponible en el mercado?

Existen principalmente dos tipos de retenedores:

1. Removibles (conocidos como los “quita y pon”):

Pueden tener diferentes funciones, por un lado, evitar recaídas en tratamientos como los de ortopedia facial (desplazamiento de la mandíbula); y, por otro lado, impedir que se generen movimientos dentales no deseados.

• Retenedor de Hawley: Tienden a utilizarse cada vez menos, limitando su uso cuando se tiene un caso de mordidas profunda o se quiere mantener los espacios de extracción cerrados.
• Termo-formados: Con el desarrollo de la tecnología y por ende de materiales termoplásticos transparentes, esta opción se ha tornado muy popular, pues son más estéticos, económicos, no precisan ajuste y son fáciles de realizar. El único inconveniente que presenta es que, al ser tan preciso, el proceso de asentamiento oclusal es más lento.

2. Cementados Fijos:

Actualmente, fabricados en alambre de acero trenzado, son colocados con composite sin hacer ningún tipo de fuerza sobre los dientes anteriores y usualmente solo en la arcada inferior. Cómo su nombre lo indica, el paciente no podrá quitárselos y  por ende su ventaja es que trabaja 24 horas del día sin depender de la persona. Aunque uno de los contras del tratamiento es que, en ocasiones, se suelta sin que el paciente sea consciente de ello.

• Retenedor de Hawley: Tienden a utilizarse cada vez menos, limitando su uso cuando se tiene un caso de mordidas profunda o se quiere mantener los espacios de extracción cerrados.

No existe un retenedor mejor que otro pues cada uno funciona mejor según sea el caso. Es por ello que tu ortodoncista debe determinar durante la fase de retención cuál opción se adapta mejor y la decisión dependerá directamente de la maloclusión presentada por el paciente, factores individuales y su predisposición a recaídas.

¿De qué depende la recidiva de un tratamiento de ortodoncia?

• Hábitos como la deglución infantil donde la lengua, al realizar movimientos irregulares, ejerce fuerzas constantes durante todo el día
• Crecimiento desfavorable, como la descoordinación del hueso maxilar de la mandíbula.
• Envejecimiento, un proceso que le ocurre a todos los pacientes y que tiene que ver con el deterioro progresivo natural.

¿Debo utilizar los retenedores de por vida?

Una de las preguntas más frecuentes es la del tiempo de duración. Actualmente, no hay una opinión unánime en cuanto a este tema. Lo cierto es que la gran mayoría concluye que el plazo adecuado es de dos a tres años. Pero si quieres evitar al 100% que tus dientes se muevan después del tratamiento, lo recomendable es que utilices una buena retención toda tu vida. Así como planificar una visita anual a tu ortodoncista para asegurar que el tratamiento sigue completamente estable.

También se debe tener en cuenta que el retenedor pierde su rigidez con el tiempo y con ello su funcionamiento al 100%. Por lo que se recomienda sustituirlo por otros, cada cierto período. 

Fuente: geniova.com