Molécula de calostro de vaca ataca el cáncer oral

Dic 19 de 2019 0
Científicos de la UNAL constatan el potencial del calostro bovino como alternativa terapéutica para el tratamiento del cáncer oral.

Tras modificar una molécula de la lactoferrina, proteína derivada de la primera leche que produce la vaca (calostro) después de parir, se consiguió que actúe como atacante de células malignas de cáncer oral, el cual reporta más de 300.000 muertes al año en el mundo.

El cáncer oral se genera con mayor frecuencia en los labios, piso de la boca o en la lengua, y aunque presenta diferentes tipos de tumores, el más frecuente (90 %) es el conocido científicamente como carcinoma escamocelular (tipo de cáncer de piel), que afecta el tejido que recubre la boca.

 

En Colombia se estima que el 2,3 % de los casos de cáncer registrados corresponde al oral, cuya tasa de incidencia es mayor en la costa Atlántica: 63 % en Sincelejo (Sucre) y 41,5 % en Montería (Córdoba). Sin embargo la carencia de estudios epidemiológicos recientes con mayor cobertura hace que se subestime la presencia de esta patología en el país.

 

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Si el cáncer oral se detecta en etapas premalignas, el paciente tendrá una supervivencia cercana al 62 %, pero si el tratamiento inicia en una etapa maligna, la probabilidad disminuye hasta un 12 % porque suele confundirse con otras afecciones de la boca como fuegos o heridas leves. En un 80 % de los casos esta patología se identifica cuando ya está muy avanzada.

 

La química farmacéutica Diana Alexandra Martínez, doctoranda en Ciencias Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), explica que para tratar el cáncer oral se recurre a cirugías, radioterapias o quimioterapias, según la gravedad. Algunos pacientes requieren de una resección del tumor, en la que se extirpa (reseca) la zona afectada y un margen (borde) de tejido circundante de apariencia normal. Sin embargo “cuando el quiste es muy grande o ha llegado a zonas como la faringe, se requiere de una cirugía más invasiva en la que funciones como el habla o la deglución se pueden ver seriamente afectadas, por lo que además de las lesiones físicas también se afecta la parte emocional”.

 

Dicha situación motiva a cientos de investigadores del mundo a buscar alternativas terapéuticas que mejoren la calidad de vida de las personas afectadas por cáncer oral. Un ejemplo de esos esfuerzos se realiza desde hace una década en el Departamento de Farmacia de la UNAL, donde se profundiza en el estudio de la lactoferrina bovina, proteína presente en la primera leche que produce la vaca después de que nace un ternero (calostro).

 

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El profesor Jaiver Rosas, de dicho Departamento, explica que aunque se ha estudiado la actividad anticancerígena y antimetastásica de la lactoferrina, particularmente se ha analizado la lactoferricina, un péptido (tipo de molécula) que ha demostrado su potencial para inhibir células tumorales de otras clases de cáncer además del oral. La lactoferricina forma parte del sistema inmune y es una de las primeras defensas ante cuerpos extraños como bacterias u hongos.

 

El aporte más reciente al estudio de la lactoferricina ha sido el de la química farmacéutica Martínez, quien sintetizó y diseñó péptidos derivados de la secuencia de esta molécula para evaluar su efecto antitumoral. Su trabajo es uno de los primeros en realizarse en un modelo in vivo (con hámsteres) en la UNAL; otras pruebas se han hecho en instituciones extranjeras.

 

Péptido con potencial

En uno de los extremos de la lactoferrina bovina se encuentra la lactoferricina, una pequeña porción de proteína compuesta por 25 aminoácidos (moléculas que componen las proteínas), de los cuales se escogieron algunos para diseñar 11 nuevos péptidos y potenciar su efecto para atacar células malignas.

DISEÑO: Ricardo González

DISEÑO: Ricardo González

En una primera etapa de su investigación, la doctoranda aplicó la síntesis de los péptidos en fase sólida, técnica descrita en 1963 por el bioquímico estadounidense Robert Bruce Merrifield, y por la cual obtuvo el Premio Nobel de Química en 1984. En la actualidad es el método más habitual y sencillo para obtener péptidos y proteínas en laboratorio, para lo cual la química utilizó una especie de molde conocido como “soporte polimérico” o “resina”, sobre el cual se forma una cadena de aminoácidos.

Tras obtener el péptido crudo y exponerlo a procesos de purificación mediante cromatografía líquida de alta resolución, técnica de separación ampliamente utilizada en bioquímica, comprobó que correspondía al tipo de molécula que estaba buscando.

Una segunda parte del estudio se centró en probar la incidencia que tenían los péptidos en las células malignas de la cavidad oral, obtenidas de la American Type Culture Collection, una organización sin ánimo de lucro que recolecta, almacena y distribuye microorganismos de referencia estándar, líneas celulares y otros materiales para investigación y desarrollo.

La investigadora explica que “aunque los péptidos probados tenían diferentes formas, por ejemplo lineales –o compuestos de una sola secuencia de aminoácidos–, los ramificados, o aquellos conformados por más fragmentos, fueron los que presentaron una mejor actividad de citotoxicidad en fase de laboratorio”. De los 11 péptidos obtenidos se escogió el nombrado como LfcinB [20-25] para la siguiente fase, pues fue el que mostró mayor potencial.

Frenó el crecimiento de tumores

La fase in vivo se realizó con 18 hámsteres a los que previamente se les produjo cáncer en la mejilla, en el abazón, una especie de bolsa que tienen algunos roedores para almacenar comida.

En este tiempo se observó el comportamiento de los roedores y otros factores como la pérdida de peso o síntomas de dolor. También se conformaron cuatro grupos, en tres de los cuales se suministró y evaluó la acción del péptido durante 15 días, y el cuarto sirvió como control, a estos animales se les dio solución salina.

“Evidenciamos que mientras los tumores del grupo control crecieron hasta diez veces más de su tamaño inicial, los de los otros grupos solo crecieron dos veces su tamaño inicial, es decir que la acción del péptido inhibió o suprimió el crecimiento del tumor”, confirma la investigadora.

De esta manera, los científicos de la UNAL constatan el potencial del calostro bovino como alternativa terapéutica para el tratamiento del cáncer oral; además, por su composición, es más sencillo obtenerlo en el laboratorio, pues facilita el trabajo de los investigadores en la búsqueda de opciones que le ofrezcan mejor calidad de vida a quienes padecen la enfermedad.

Fuente:unperiodico.unal.edu.co

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