Independientes, la otra crisis que trae la cuarentena

Mar 30 de 2020 0
No pertenecen a poblaciones vulnerables, pero tampoco tienen los recursos suficientes.

Comerciantes, odontólogos, trabajadores independientes, empleadas domésticas y tantos otros ciudadanos que en esta cuarentena han dejado de percibir recursos por sus trabajos son un desafío para las autoridades, que están concentrando sus esfuerzos en la población que es más vulnerable.

Carolina Durán, secretaria de Desarrollo Económico, explicó qué alternativas están contemplando para personas con historias como las que presentamos en esta edición.


Esta población, ¿cómo puede acceder a subsidios?

No, nosotros no vamos a dar subsidios para esa población, sino ayudas de inversión de liquidez por un valor de 250.000 millones de pesos, a través de Bancóldex, para poder ayudarles a mantenerse a flote. Esas pymes que mencionas necesitan son liquidez.

¿O sea que sí existe una especie de auxilio económico para esas personas?

Sí, pero son líneas de liquidez, eso es diferente. Hay que entender que son préstamos al 0 % para que la gente tenga recursos con qué operar, amparados con garantías que les permiten a las diferentes entidades correr el riesgo de prestarle a alguien que en este momento no está vendiendo. Por ejemplo, que no está atendiendo el paciente, entonces son líneas de crédito al 0 %, amparadas bajo un período de gracia muy grande.

¿A dónde pueden acercarse a pedir esas ayudas?

Nosotros vamos a firmar el convenio con Bancóldex el lunes (hoy) si Dios nos da vida, ya está todo el convenio hablado. Eso ya se gestionó, y la aprobación de los recursos está bien. A partir de la próxima semana habrá unos botones habilitados en diferentes plataformas web para que la gente pueda acceder a esos procesos de liquidez.

‘Soy madre soltera y vivo de una peluquería’

PELU

 

Mariela Romero peluquera y estilista.

Foto: Archivo particular

Mariela Romero Villegas es una mujer de 52 años que se desempeña como colorista en un salón de belleza del barrio Minuto de Dios, desde hace cinco años.

Sus ingresos son el sustento de una familia que está compuesta por su hija, una manicurista que trabaja en el mismo lugar; su hijo, estudiante universitario, y su nieto, un niño de 8 años.

“La peluquería está cerrada desde hace quince días, nosotros no tenemos seguro ni prestaciones, ganamos lo que producimos en un día, tenemos algunos ahorros, pero las deudas no dan espera, y nadie nos pregunta si estamos comiendo o si estamos bien” cuenta con preocupación.

Desde que las autoridades comenzaron a tomar medidas para detener la curva de contagio de coronavirus en la ciudad, los clientes del salón empezaron a disminuir, “el jefe vio tan complicada la situación que nos mandó a cerrar e irnos para la casa” afirma Mariela, quien, si bien no está en una condición de extrema vulnerabilidad, denuncia que el poco dinero que tenía ahorrado no le alcanzará para alimentar a su familia durante las dos semanas restantes de aislamiento.

“Le pedimos ayuda al Distrito, solo en el salón en el que yo trabajo somos 15 empleados que hoy no sabemos cómo vamos a pasar la cuarentena y cuándo vamos a poder volver a trabajar”, afirma.

‘El virus afectó la demanda del servicio’

Odonto

 

Jorge Humberto Casta, odontólogo.

Foto: Archivo particular

Jorge Humberto Castaño es odontólogo desde hace 33 años y su especialidad es la rehabilitación oral. En el 2003 decidió montar su propio consultorio, en el que atiende, en promedio, a ocho pacientes cada día.

“Desde que llegó el virus se empezó a ver muy afectada la demanda del servicio, somos un personal que está altamente expuesto, podemos adquirir un contagio fácilmente, y de manera preventiva empezamos a cerrar” relata.

Sin embargo, esta decisión le ha significado un duro golpe a sus ingresos.

“Nosotros no solo tenemos a nuestro cargo los costos fijos del funcionamiento del consultorio, tenemos que pagar servicios, arriendo, nómina, y el impacto llega a la economía personal y familiar”, afirma Castaño, quien explica que para muchos odontólogos sus ingresos dependen de la actividad del día y que este es la razón por la cual se encuentran en total incertidumbre. “Uno puede sostenerse con los ahorros, pero eso, obviamente, tiene un límite”, manifiesta.

Aclara que la afectación no se terminará con el fin de la cuarentena. “Estamos identificados como actores de alto riesgo en la cadena de contagio, los usuarios no van a querer volver a los consultorios, a largo plazo, porque la mayoría de atenciones no son vitales”.

‘Trabajo por días como empleada doméstica’

Mujer

 

Consuelo Tunjo, trabaja en casa de familia.

Foto: 

Archivo particular

Consuelo Tunjo es empleada doméstica y trabaja tres días a la semana. En este momento tiene a su cargo a su hijo, que perdió el trabajo al ser conductor informal, su nuera y sus dos nietos.

“A mi hijo lo echaron por no tener cómo pagar el arriendo y ahora no sé cómo ayudarlos porque yo tampoco tengo nada”.

Dice que su hijo se ha acercado a las oficinas de la alcaldía en Bosa, pero que no ha recibido ayuda. Uno de los sectores que más se ha visto afectado es el de las trabajadoras domésticas.

Muchas de ellas son madres cabeza de familia con salarios por debajo del mínimo, sin protección social ni afiliación a ARL, y más del 11 % son mayores de 60 años.

Aseguran que el Gobierno no les ha brindado ninguna garantía para los días de cuarentena nacional, pues no están recibiendo ninguna remuneración, no tienen condiciones para suplir sus necesidades básicas de alimentación ni para pagar servicios públicos y arriendo.

Por esto, los sindicatos le hicieron un llamado para que durante la crisis de salud pública se garanticen los derechos humanos y laborales y se contribuya a mitigar los impactos de esta pandemia en la vida de las trabajadoras y sus familias.

Y le solicitaron al Gobierno que garantice la protección de sus derechos laborales para que reciban el pago del salario sin la prestación del servicio y para que se prohíban despidos durante este periodo.

También consideran que deben ser exoneradas del pago de los servicios públicos y elementos básicos de la canasta familiar y de los impuestos.

Finalmente, piden garantías para el acceso de los niños al Programa de Alimentación Escolar. A través de un comunicado, los sindicatos que agrupan a las trabajadoras domésticas señalan que “el Estado debe generar las condiciones para que esta situación no se convierta en una deuda para las trabajadoras”.

Cierres de centros comerciales populares

Los comerciantes de centros comerciales como Plaza 100, Kaskanuez, Fiesta Fontibón, entre otros, ubicados en esta localidad, no saben qué hacer. No son tan vulnerables como para solicitar un subsidio, pero tampoco tienen sus bolsillos listos para soportar el cierre de sus negocios. Un vendedor de ropa con un local en uno de estos sitios dijo que cada mes que no trabaje pierde dos millones de pesos, y que debe seguir pagando el arriendo.

“Estamos pasando por una situación muy complicada tanto económica como emocional con todo esto”, manifestó el hombre, de 32 años, que vive con su esposa y su hija recién nacida. “La mayoría de comerciantes estamos esperando a que se termine esto para ver qué decisión toma la administración de los centros comerciales donde no se ha podido trabajar desde el cierre preventivo”, concluyó.

Fuente: eltiempo.com

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