El gran reto para el Gobierno en el posconflicto: fortalecer la red de salud pública

Sep 25 de 2016 0
Toda Colombia celebra con regocijo los avances en el proceso de paz. En días pasados fuimos notificados los colombianos de la conclusión de la fase de negociación y nos aprestamos para que en 15 días los colombianos refrendemos en las urnas, lo acordado con el grupo de las Farc.

Todos nosotros, más allá del sí o el no, esperamos que los avances en las negociaciones con las Farc sean irreversibles. Los colombianos hoy estamos soñando con una nueva Colombia.

En el tema de salud, todos los ciudadanos tenemos quejas del acceso a los servicios de salud. Si bien el Gobierno Nacional en los últimos años, ha dado avances significativos en aumentar la cobertura del aseguramiento en salud; esa tarea está inconclusa porque realmente los colombianos sienten que no tienen un acceso efectivo a los servicios de salud.

Y esto parte del siguiente análisis, Colombia es un país rural, en donde miles de ciudadanos que viven en municipios apartados tienen como único prestador a un hospital público, que por lo general o en su gran mayoría no cuentan con los elementos mínimos para la prestación de un servicio de salud digno.

Pero también, hay muchos lugares apartados, en donde la remisión a un segundo nivel para una consulta especializada o un servicio de mayor complejidad se convierte en un calvario.  Entonces aprovechemos que estamos rediseñando nuestras formas de convivencia en los próximos años, luego de 50 años de guerra, para repensar nuestro sistema de salud.

Sabemos que sin una red pública de servicios fortalecida y con capacidad resolutiva, los colombianos no tienen la mayor intención de sentir que su servicio de salud es bueno. Entonces al Gobierno, a los gremios del sector salud hacemos un llamado para que repensemos nuestro sistema de salud.

Los colombianos no podemos seguir pensando que porque tienen un carnet de salud, el sistema funciona realmente. Muchos colombianos sentirán que este funciona cuando el hospital o cuando el centro de salud del corregimiento más apartado cuente con médicos, odontólogos y que estén dotados con los elementos básicos para la atención en salud.

Pues entonces es la reorganización del sistema públicos de hospitales, el que permitirá a los colombianos sentir que tienen unos servicios de salud en condiciones dignas. Es hora de pensar que los colombianos que están en las grandes ciudades pueden tener la sensación o la percepción de tener acceso efectivo a la salud; pero los otros muchos ciudadanos que están retornando no.

Si toda la política del Gobierno tiende a invitar a esos colombianos, que los años anteriores tuvieron que salir huyendo despavoridos de las zonas rurales, vuelvan a sus sitios, pues tienen que ofertarles unos buenos servicios allá, en el municipio y en el corregimiento apartado.

Y seguramente allá, en ese municipio apartado, a los prestadores privados no les motiva montar una clínica y es ahí donde yace la responsabilidad del Estado: garantizar los servicios de salud.

Son muchos los aspectos a resolver en el sistema de salud, para que los colombianos se sientan dentro de un sistema que los atiende. Lo primero que hay que ver es a las universidades del país, que siguen egresando un grueso número de médicos y odontólogos cada semestre.

Y vemos unas regiones apartadas que requieren que un médico vaya a atenderlos, prestándoles el servicio social obligatorio, pero ¿cuál es el problema de los médicos que egresan de la facultad? que no consiguen plazas para el servicio social obligatorio o el año rural como le llaman.

Hay necesidades en las zonas periféricas y apartadas de los departamentos y hay mano de obra formada como son los médicos que egresan de la universidad. ¿Qué es lo que falta? Una política, un direccionamiento del Estado, para que esa mano de obra que está deseosa de prestar el servicio social obligatorio vaya a las zonas apartadas.

Pero el Gobierno debe garantizar que sea remunerado en condiciones dignas, que un médico que recién egresa de una facultad de Medicina, llegue a un municipio y por lo menos se le reconozca lo básico que es una buena remuneración.

Zonas como la del Chocó, no tendrán la percepción de un buen servicio de salud, si la red de servicios pública no es fortalecida. Acaba el Gobierno de suprimir una norma oprobiosa para los chocoanos como era una resolución del Ministerio de Salud del año 2007- 2008, que permitía que las EPS contrataran con la red privada, cuando la ley obliga lo contrario: contratar con la red pública.

Eso es grosero con los chocoanos, pero también es grosero con los anteriormente llamados territorios nacionales en la región de la Orinoquia, cuando en zonas apartadas los colombianos viajan horas caminando o en avionetas para conseguir un médico especialista, que está concentrado en las grandes capitales. Entonces son muchos los retos que hay.

En el exterior encontramos muchas experiencias exitosas, como el sistema español, en donde sus servicios están sustentados en una buena prestación del servicio por parte del prestador público. Chile que vivió momentos aciagos en un pasado no tan lejano, resolvió sus problemas de salud dándole prioridad a la red pública de hospitales y hoy sus servicios de salud es vista con buenos ojos.

Esos son los retos para el Gobierno de cara al posconflicto: fortalecer la red de salud pública, más allá del problema que hay que resolver con las aseguradoras. No creo que haya grandes discusiones en Colombia; hoy la discusión no es el aseguramiento, es decir, subsidio a la demanda o es subsidio a la oferta. La discusión es que los colombianos tengamos acceso efectivo a los recursos de la salud. Y es en las zonas rurales donde mayor necesidades hay.

Otra situación es la red de referencia y contra referencia, una política pública tiene que consultar la realidad del país. Departamentos como la Orinoquia o Bolívar, está condenado a caminar leguas o kilómetros, a recorrer ríos y viajar horas en buses para buscar un servicio de salud en ciudades como Cartagena, luego de recorrer cientos de kilómetros para encontrarse con que la cita fue corrida para otro día; sin consultar la realidad económica, familiar y social de esa persona.

Lo que el Gobierno debe saber es que la división político administrativa no puede ser el obstáculo para que haya un buen sistema de referencia y contra referencia. Los habitantes del río Magdalena sienten que el río los une, pero es que la división político administrativa los desune y municipios que son centros de referencia en salud como El Banco, Magdalena, que es el centro de referencia para municipios como El Peñón, Bolívar, los habitantes de este último son condenados a ir hasta Cartagena para buscar una consulta especializada.

 

Fuente:opinionysalud.com

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