La más reciente adquisición en Colombia del grupo empresarial español Quirónsalud, fue CediMed, una red de diagnóstico con siete centros “estratégicamente situados, equipamiento de alta tecnología” y con la cual, según señala el comunicado de prensa: “el Grupo Quirónsalud continúa su expansión en Colombia… Esta adquisición supone un paso adicional en la creación de una red asistencial líder y de prestigio en Medellín, que nos permitirá continuar ofreciendo servicios de salud integrales y de alta calidad a nuestros pacientes. El cierre de la operación está condicionado a la obtención de las autorizaciones pertinentes de los reguladores colombianos, lo que se espera que ocurra en los próximos meses”.

La negociación es una más de las que ha realizado el mismo grupo con la compra de la Clínica Medellín, la Clínica las Vegas, y la Clínica Prado, sin que sea este el único inversionista en los últimos meses. El grupo AÚNA del Perú se hizo al manejo de la Clínica las Américas, una de las más grandes del occidente de Medellín, con lo que se comenzó a generar una sensación extraña entre los prestadores de servicios de salud de la ciudad ¿a quién más van a comprar?

Si bien la inversión extranjera en salud no es totalmente nueva en el país, lo que si llamó la atención fue la seguidilla de compras en pocos meses y más cuando tanto desde los prestadores como desde los aseguradores, se habla de una agudización de la crisis financiera, con lo que se abrió una especulación, desde el exterior están aprovechando para comprar “barato” y que los accionistas de estas empresas se quiten una carga de encima. La otra opción es que financieramente el sistema de salud colombiano no sea tan adverso como se ve desde su interior, y que otras miradas más panorámicas permitan detectar sus atractivos económicos.

Ante estas inversiones, para el doctor Juan Carlos Giraldo, Director Ejecutivo de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas, lo primero es determinar que es un buen inversionista, ya que no todo el que “trae una bolsa llena de dinero es un buen inversionista”. Para el directivo , el sector y el país necesitan inversionistas que cumplan varias condiciones: “que traigan recursos frescos que sean de fuentes diferentes y que sumen a los que ya existen acá, en otras palabras, no cuenta como inversionista el que viene, coloca una pequeña masa monetaria y después se dedica a especular con el recurso local. Lo segundo es que un buen inversionista debe entender que existe un concepto de soberanía sanitaria, y por lo tanto al entrar en este país deben respetar los marcos legales vigentes y trabajar por la gente de este país, entonces no pueden imponer condiciones y hacer lo que quieran, sino cumplir una serie de condiciones, marcos legales y entender que si aquí se hace un ajuste en el sistema de salud no pueden creer que por ser inversionistas se va a petrificar la legislación colombiana. Y una tercera condición, tal vez la más importante, es que el buen inversionista es el capaz de traer no solo mucho dinero sino también modelos exitosos, novedosos, innovación y buenas prácticas de los lugares de donde viene”.

Ahora bien, frente a las razones que pueden estar motivando las inversiones recientes, el doctor Giraldo que señala les puede resultar atractivo, tanto en la prestación como en el aseguramiento, por hechos sencillos: “acá los recursos de la salud se generan y regeneran cada mes, cada vez que entra una unidad de pago por capitación y eso para cualquier inversionista es atractivo, porque si bien hay enormes dificultades, el flujo de recursos del sistema se está generando cada mes y, en este sistema, se mueven 52 billones de pesos al año, más que presupuesto de cualquier país centroamericano de mediano tamaño. Eso lo hace muy atractivo”.

Otro atractivo resaltado por Juan Carlos Giraldo, es que el mercado sanitario del país se ha expandido, y llegado a una cobertura casi universal: “casi todos los ciudadanos tienen un Plan de Beneficios y un sistema que infortunadamente, por la carencia de promoción y prevención, hoy ve que el perfil epidemiológico se agrava y las frecuencias de uso y la carga de la enfermedad se incrementan, y eso significa que hay una demanda creciente de servicios, y que están dadas todas las condiciones para que se vea tan atractiva la prestación”.

Como recomendación final el doctor Giraldo recalca que las autoridades colombianas deben extremar las medidas para que se cumplan las condiciones de lo que es un buen inversionista para que el país pueda entrar en contacto con entidades que vienen a enseñar y a aportar, y no solo a usufructuar un sistema que tiene grandes recursos para administrar. En ese orden de ideas, los procesos de inversión extranjera en el sector salud colombiano, debe estar acompañado desde las autoridades sanitarias de “inteligencia y decisión, porque acá se han reforzado las competencias en el tema a la Supersalud, pero también se necesita que haya voluntad. Ojalá nos protejan y entiendan que no puede ser catalogada toda inversión como una buena inversión deseable”.

Fuente: periodicoelpulso.com